Es
servir con auténtico desprendimiento sin esperar nada a cambio, buscando el
bien de los demás.
Conociendo el valor de la generosidad
jueves, 1 de agosto de 2013
CARACTERÍSTICAS DE LA GENEROSIDAD
Da
a los demás más allá de lo que nos corresponde por justicia u obligación. Implica
la capacidad de salir de nosotros mismos y, por un acto de amor, enfocar las
necesidades de los otros.
Expresa
en diferentes dimensiones de la acción humana: En la dimensión material
significa compartir nuestras pertenencias. En la dimensión espiritual consiste
en poner nuestras capacidades y atributos al servicio de quienes nos rodean
mediante una acción objetiva de ayuda.
No
tener apego a los objetos. Ayuda
a quien no tenga forma de recompensarte. Ser
generoso significa estar dispuesto a dar todo sin esperar algo a cambio. Aprende
a dar de forma desinteresada.
IMPORTANCIA DE LA GENEROSIDAD
La
generosidad forma parte de la naturaleza humana, por tanto esta es de suma
importancia ya que es una virtud propia de las personas con sentimientos
nobles. Generosidad es mantener el ánimo compasivo y tener un corazón atento a
los actos que realizan otras personas para brindarles ayuda cuando lo
necesitan. La generosidad está basada en el amor hacia los demás; y cuando no
sentimos amor por nuestros semejantes, difícilmente sentimos generosidad o
bondad. Al amparo de lo afirmado, somos generosos cuando pensamos en las necesidades
de los demás y estamos dispuestos a dar de nosotros cuanto es necesario para
aliviar los padecimientos que otros sufren.
Las personas generosas conocen
ampliamente el significado del verbo "dar", proporcionando no sólo
dinero u objetos, sino también felicidad, cordialidad, amor, compañía y
tranquilidad. El generoso no pasa un día en que no conjugue los verbos
proporcionar, donar o ceder, a sabiendas de que al compartir, disfruta dando.
CLAVES PARA DESARROLLAR LA GENEROSIDAD
ANÍMATE
A COMPARTIR CON LOS DEMÁS. Comparte y ofrécele lo mejor que tengas a quien lo
necesita. La generosidad es la expresión de una infinita capacidad de amar. ¡No
seas indolente!
EXTIENDE
TU TOLERANCIA. Acércate a los demás con una actitud abierta de respeto y
aceptación. Recuerda que aun cuando no estés completamente de acuerdo con la
forma de actuar o de reaccionar de los demás, cada persona tiene su punto de
vista, su forma de pensar y su manera de actuar, al igual que tú.
PRACTICA
LA GRATITUD. No hay mayor fuente de plenitud que el agradecimiento. Reconoce y
valora todos los regalos esenciales que recibes cada día, inclusive los más
pequeños. Piensa en todo lo bueno y lo positivo que has conseguido hasta este
momento.
EVITA
JUZGAR. Hacerlo hará que las otras personas se sientan más cercanas a ti y
dispuestas a conversar y a compartir. Podrás verlas tal como son para
comprenderlas y aprender siempre algo de ellas, a través del intercambio y la
generosidad.
VALORA
TODO LO BUENO QUE OTROS APORTAN A TU VIDA. Es importante aprender a reconocer y
resaltar el aporte que otros hacen a nuestra vida. Usar frases de
reconocimiento para expresar nuestra gratitud hará que se sientan motivados a
vivir la diferencia. Si analizas cada uno de tus logros verás que no hubieran
sido posibles sin el apoyo o la participación de otras personas.
DA
SIN ESPERAR. Cuando hagas un favor, no te quedes esperando a que te den las
gracias o te reconozcan por lo que hiciste. Tampoco te quejes o busques
cobrarle a la persona más tarde. Hazlo con entrega, excelencia y generosidad.
ENVÍA
UN MENSAJE DE APOYO Y CARIÑO. Haz una nota con frases como: ¡Eres especial!,
¡te quiero mucho!, ¡sé que eres una persona exitosa! Y colócala en un lugar
donde tu pareja, tus hijos o amigos puedan encontrarla.
PRACTICA
EL PERDÓN. Llena tu corazón de amor, y envíale un pensamiento de perdón a esa
persona que te hizo sentir herido. Sana el resentimiento y libérate de ese
recuerdo.
REALIZA
UN ACTO BONDADOSO. Hacer acciones solidarias, positivas y amorosas -sin interés-
nos ayuda a sentir mejor. Infórmate sobre las iniciativas que existen para
prestar servicio comunitario y colabora con alguna de ellas.
ESCUCHA
CON ATENCIÓN. Prestarle atención a los demás enriquece tu vida y fortalece tus
relaciones personales.
APLICABILIDAD DE LA GENEROSIDAD EN LA FAMILIA:
· Tener mesura al gastar dinero en cosas que no son de utilidad y afectan la economía
· Pedir permiso para los paseos con amigos, así como el estar consciente de que nuestros padres no pueden tener dinero para darnos cuanto nosotros solicitamos
· Convivir con los miembros de la familia, así tengamos que renunciar a parte del tiempo libre personal
· El niño puede aprender a ser generoso
· Cuando es animado a ser dadivoso con los demás
· Cediendo sus juguetes en el juego
· Escuchando cuentos que hablan del tema
· Cuando comprende qué es ser egoísta y generoso
· Compartiendo sus juguetes, caramelos
· Regalando sonrisas y cariño
· Viviendo en un ambiente de participación y servicio a los demás
· Viendo que sus padres ayudan a otros padres y les hacen favores
· Identificando las necesidades de los demás
APLICABILIDAD DE LA GENEROSIDAD EN LA EDUCACIÓN:
Uno
de los objetivos en la formación de los chicos es que sean generosos, es decir,
que actúen en favor de otra persona desinteresadamente. Pero en los pequeños,
esta virtud está poco desarrollada y suelen actuar por otros motivos: por
agradar a la persona que aprecian o por conseguir una contraprestación. Es claro que resulta más fácil hacer un
favor a una persona que nos resulta simpática (un hermano, un amigo) que al que
nos cae mal. Este hecho se da especialmente en la adolescencia, en la que se
juzga a las personas sin matices: son buenas o malas, simpáticas o antipáticas.
Y los actos generosos se dirigen hacia los simpáticos y buenos. Pero esto no es
auténtica generosidad, porque no se actúa a favor del que lo necesita, sino a
favor del que me cae bien. Para educar
a los niños en esta virtud habrá que ir poco a poco, como por un plano
inclinado. Primero ser agradables a los simpáticos y luego, con esfuerzo, con
todos los demás. Si los padres aprueban los pequeños esfuerzos que hacen sus
hijos, les estarán motivando a seguir con estos actos generosos.
El
segundo motivo es ser generoso para conseguir una contraprestación. Esto se da
cuando un niño presta o regala una cosa que necesita un compañero, pero
sabiendo que otro día, cuando él necesite algo, el compañero tiene obligación
de contraprestar. Es como si dijera: me debes un favor. O te doy para que me
des. Esta conducta si se realiza de forma intencionada puede terminar en el
egoísmo.
Por
otra parte, el niño es egocéntrico, todo gira en torno de él. Pero los padres
pueden abrir nuevos horizontes descubriendo que hay otras personas que
necesitan algo que el chico les puede dar. Esto puede resultar más fácil si en
la familia se vive un ambiente de participación y servicio a los demás. Tanto
en las familias como en las escuelas es una práctica común establecer
“encargos” o tareas concretas en favor de los demás y con espíritu de servicio.
Para
seguir en este camino de formación, los padres o profesores pueden enseñar a
los chicos el valor de lo que poseen, ya sea dinero, objetos concretos o su
tiempo. Y en un segundo momento hacer descubrir las necesidades de los demás y
el valor de dar algo de lo suyo aunque cueste esfuerzo.
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